Ellos también nos enseñan valores. La amistad entre varones es distinta, simple, básica, sin vueltas. ¿Jugamos al fútbol? Si! ¿Jugamos a los soldados? Claro!. Verlos interactuar sin mirarse la ropa, el cabello o los zapatos que tienen puestos es aprender lo diferentes que son a nosotras a la hora de socializar.
Sólo necesitan divertirse, pasar un buen rato, usar la imaginación y disfrutar. Así son ellos, si no les gusta van al frente, sin rodeos…a veces con un puñete arreglan malos entendidos. Son directos y sencillos para elegir cómo y con quien pasar un buen rato.
Sin embargo algunos nos preguntamos que pasa cuando juegan un niño y una niña. La amistad entre varón y mujer es muy enriquecedora ya que ambos se complementan a la hora de jugar. Cuando hay niñas de por medio los juegos propuestos se basan en el dibujo, la pintura y las manualidades. ¡Ojo! muchas veces imaginan que son exploradores y hacen experimentos o juegan al fútbol, a ella generalmente le toca ser portera.
Con ellas también existen los juegos de roles e interpretación donde la niña es la maestra y el pequeño el alumno, o ella es la mamá y él el papá.
Por último, sería ideal tomar de ejemplo a los niños y ser simples para poder compartir gratos momentos con nuestros amigos. Porque la amistad es un valor único que debemos cultivar para poder ver sus frutos a través del tiempo y la distancia.